Al principio era algo más común ver a la mujer en una
postura degradante ya que la sociedad de entonces concebía a la mujer como una
persona inferior al hombre a veces tratado casi como un objeto. Ejemplo de
estos anuncios se pueden encontrar en los años 60 cuando la mujer es utilizada
para publicitar electrodomésticos, uniéndolo a que la mujer era la que se
dedicaba a todas las tareas domesticas y siempre tenía que estar al servicio
del hombre, o simplemente objetos para llamar la atención de estos hombres.
Los años han ido pasando y, aunque la sociedad ha ido
cambiando, la imagen de la mujer ha seguido siendo motivo para llamar la atención
interiorizándola o tratándola como objetos.
Aquí os dejo un anuncio de Dolce & Gabbana.
En muchas ocasiones, los anunciantes lo hacen a conciencia
ya que saben que si producen un anuncio sexista llamará más la atención, será más
criticado y por lo tanto la marca se hará más conocida. Pero, ¿realmente les
sale rentable que su marca sea conocida por utilizar el sexismo? En mi opinión
solo consiguen que la imagen de la marca quede por los suelos.
Hoy en día, el sexismo sigue siendo muy utilizado, es un recurso que mueve comentarios y noticias sobre ello, como la fotografía comentada en clase sobre Leticia y Carla Bruni donde más que dar la noticia sobre la visita de la primera dama francesa, se resalta el cuerpo de ambas siendo comparado, desde su espalda, donde más que la noticia de la visita uno se fijaba más en los cuerpos de las dos.
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